sábado, 11 de julio de 2009

Los sabores de mi niñez

La verdad es que no sé como encauzar esta entrada.

La imagen que hoy comparto con vosotros es algo me trae recuerdos de mi infancia, es como dice el titulo los sabores de mi niñez. Supongo que, a veces, os habrá ocurrido lo mismo que a mi, eso de recordar un olor, o un sabor y no poderlo percibir fisicamente, solo en el recuerdo, ya que se perdió en el tiempo.
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Bueno pués con los pasteles de la foto me ocurre justo lo contrario, son los mismos pasteles o dulces como se dicen en mi tierra de hace 40 años, a lo mejor muchos más.
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Siguen haciendose como se han hecho siempre, con el mismo sabor y la misma textura de toda la vida.
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Son de la Pastelería de la Victoria en la calle Real, justo al lado de la Alameda Moreno de Guerra.
Y espero que sigan muchos más años, para disfrute de todos.
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Estais todos invitados, podeis serviros.
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4 comentarios:

  1. Bueno chico, admite que ya faltan algunos en la bandeja, jjajjaa, si es que no te puedes resistir a esto!!!!! no decías que solo una vez al mes?????? pues este mes te has pasao tres pueblos!!!!
    Buen probecho!!! ( y algo más de verdura pa compensar)

    muchos besos...

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  2. Por aquí también les decimos dulces. En casa los comprábamos cuando pasaba la dulcera, una vez a la semana con su furgoneta cargada de cajas de dulces de todos los tipos, palmeras, brazo gitano, una caja específica de dulces alemanes. Llegaba tocando la bocina y anunciando su mercancía rebozada en azúcar. La infancia está cargada de olores, olor a calcomanías, a nocilla, a colacao calentito, a lápices recien estrenados. Yo soy de las que meten la nariz en todo, jaja, me encanta oler todo lo nuevo.
    La verdura también está muy rica pero, a qué niño le gustan??.

    Besos. loli

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  3. BUENO!!!!!!!!!!!! Como se dice en mi pueblo... PASTELITOS DE BOCAITO!!!!!!!!!! Vaya pintorra tiene el petisú, que envidia de merienda a estas horas.

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  4. Dicen los expertos que los olores son la principal fuente de recuerdos, por delante de imágenes, de sabores o de sonidos.

    Al parecer, es el olor lo que mejor impregna una parte de nuestro cerebro y lo que con mayor facilidad nos retrotrae a nuestra niñez.

    Personalmente, siempre que adquiero un objeto de mi infancia, lo primero que hago... es olerlo ;-)

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